Siempre se realiza en la misma época  del año, a finales  de Noviembre  y primeros  de Diciembre con los primeros fríos.

Es la actualidad básica para aprovisionarse de alimentos para el duro invierno. Durante años fue el medio sustento  para las clases  baja  y media.

Los cerdos  se criaban  en la casa, alimentados todo el año  con cebada, alfalfa.

 Y cebándoles con harinilla y “amasaos” para engórdalos al máximo.

Unos días antes hay que prepararlos todo:

Utensilios de cocina, cacerolas, lebrillo, barreños. Todo tipo de especias,  afilar los cuchillos  y cocer la cebolla  el día anterior.

Se reúnen temprano, los hombres se encargan de sacar el gorrino y  ponerlo en la mesa, esto era bastante  difícil debido al peso y a la resistencia  del animal. Cuando ya estaba  colocado  el matachín  le pintaba en el cuello y la sangre  comenzaba a salir y una mujer lo recoge  en  un lebrillo y le da vueltas  con la mano para que  no se coagule.

 Una vez muerto  el cerdo se chuscarraba, después se lavaba con agua caliente y se rastreaba la piel.

Lo siguiente  era descuartizar  al animal.

Las carnes se subían  a la cámara. Después  comenzaba la realización  de embutidos, se lavaban las tripas, luego  se molían  las carnes  para hacer  los embutidos. Estas masas  se rellenaban  en los distintos tipos de tripas y se ataban con cuerdas de algodón.

Luego se llevaban a las  cámaras para que se secaran  y otras  se cocían  y se llevaban  después para secar.

Durante  toda la faena  se elaboraban comidas típicas del día  y así reponían fuerzas, como el ajo de mataero, las gachas.